Y en momentos donde las brechas entre ricos y pobres
españoles escandalizan a todos yo me he acordado de Luis Buñuel y su Tierra sin
Pan.
Es un largometraje documental que se estrenó en el año 1933 con la Guerra
Civil a la vuelta de la esquina. Buñuel, por aquellos tiempos, ni corto ni
perezoso se fue a buscar una de las localidades más pobres de España para
filmar la vida de los que no tenían ni que llevarse a la boca.
Está grabado en
blanco y negro y con una única voz: la de un narrador que, en francés, nos va
dando detalles de las imágenes que se van sucediendo. Tierra sin pan destaca
por la dureza de esta sucesión de imágenes donde aparecen niños desnutridos y
ancianos que no pueden ni moverse. La crudeza es tal que hasta un trozo de pan
es una fiesta y beber algo de agua de un arroyo diminuto otra más grande.
A
pesar de la dura situación de las Hurdes, se ha criticado mucho la puesta en
escena ya que algunas escenas se recrearon; parece ser que, aunque la situación
era horrible, Buñuel quiso darle una vuelta de tuerca más.
Al margen de la
fidelidad o no del género documental, Tierra sin pan es una película
imprescindible en el cine español.