El gran dictador es mi película favorita del género cómico. Se estrenó
en el año 1940 con una valentía enorme por parte de su director y protagonista
Charles Chaplin. En ese mismo año ganó cinco Óscar incluyendo mejor película,
actor, banda sonora original y actor secundario. Lo primero que hace falta saber sobre esta cinta
es que se empezó a rodar cuando Hitler aún no estaba en el poder y fue
estrenada en plena Segunda Guerra Mundial por lo que esta crítica y sátira que
hace Chaplin es, solo por el hecho de existir, una de valentía brutal.
La
trama cuenta como un simple barbero que se parece a Hitler es confundido por él
y puesto en su sitio. Todo esto desencadenará toda una serie de malentendidos y
situaciones de lo más divertidas. Escenas tan famosas como la del barbero
afeitando al son de la marcha rusa o el protagonista jugando con la bola del
mundo son absolutamente geniales. Para rematar, el famoso discurso del
dictador- barbero al final del film que es un canto a la libertad y a la paz
imprescindible y que hoy, 70 años después, sigue siendo tan vigente e
importante como lo fue en su día.
Eso
sí, blanco y negro, interpretaciones expresionistas, maquillajes y vestuario de
la época, y casi toda la magia la reserva Chaplin con su excelente
interpretación y, como no, las palabras.