No
puedo quedarme indiferente cuando no paran de preguntarme mis conocidos de
Valencia que ¿qué tal? Si estamos bien, que como estamos en zona de guerra…Es
cierto, no puedo negar que he tenido el corazón en un puño esta semana, me
atreví a mirar las noticias después de tres años sin encenderlas y me horrorizó
lo que vi, pero, por suerte, utilizo Twitter y conozco algunas personas que han
estado en las manifestaciones y he podido ver varias perspectivas, desde pelotas
de goma con dedicación a infiltrados. Y aún con el corazón en un puño quiero
aclarar que no son manifestaciones independentistas lo de estos días.
Evidentemente las marchas por la libertad que trajeron gente de toda la
comunidad sí eran independentistas, pero en la calle hay mucha gente muy
quemada, socarrada, mejor dicho. Y esta sentencia simplemente ha sido la gota
que ha colmado el vaso de los trabajos precarios, los presupuestos de sanidad y
educación congelados, la subida del sueldo mínimo que no llega, los rescates a
bancos y autopistas, pensiones que no suben, becas de estudios recortadas y,
tantas otras cosas, que nos dejan a los jóvenes un futuro muy negro y que no
parece ir a mejor porque ya hablan de recesión para el año que viene otra vez.
Los políticos ni se dignan a aparecer en general o cuando aparecen lo hacen
para avivar chispas y no para calmar, los medios de comunicación centrándose en
el espectáculo y aquí van seis días ya de gente en la calle pidiendo el derecho
a manifestarse libremente. Nunca me han gustado las banderas ni los
nacionalismos pero sí he considerado importante dedicar hoy mi espacio a
aclarar que esto se parece más a un 15-M que a un 1-0.
Texto locutado para el podcast #Lalineadelcielo http://www.lalineadelcielo.com/
Imagen extraída de: http://m.xcatalunya.cat/noticies/