Estos días con vacaciones y tiempo libre siempre eran para mí
sinónimo de ir al campo, saltar a la comba y hacer el indio en general. Una
generación que ya tenía problemas para jugar en la calle aprovechaba para
experimentar y jugar fuera de las cuatro paredes de casa. Hoy en día veo
cambios sustanciales a la hora de que los niños jueguen, cada vez están más
ligados a dispositivos electrónicos. Y no digo que no esté bien que los más
pequeños experimenten con las nuevas tecnologías también, pero me da mucha pena
ver a cuatro chavales en una comida de un restaurante, cada uno con su Game boy
de turno y sin hablar entre ellos. Los adolescentes quedan pero no hay forma de
despegarlos del móvil. Ya hay quien apunta que estas nuevas tecnologías
deterioran la forma de comunicarnos, cada vez nos es más difícil expresarnos
cara a cara. La comunicación supuso uno de los cambios sustanciales para pasar
de mono a ser humano; si dejamos de comunicarnos ¿involucionaremos a mono?